Jazz

JAZZ le pertenecía a un galguero que decidió dejar la caza y recoger galgos abandonados.

El guardés del coto vecino no quería que tuviera tantos perros, por lo que aprovechó que el dueño de Jazz se fuera a comprar al pueblo para entrar en su propiedad y ahorcarle todos sus perros en su propia valla. A Jazz no lo pudo coger, porqué era más esquivo que el resto, pero presenció la masacre y ese trauma lo llevaba consigo.

El dueño de Jazz intentó rehabilitarlo como puedo, pero cada vez que Jazz oía la voz del guardés o el sonido de su coche, entraba en estado de pánico.

Nos pidió ayuda para que nos quedáramos con Jazz y desde que nos lo trajimos ha ido mejorando muchísimo y ya está listo para ser adoptado.Le encanta que le den mimos, viene cuando lo llamamos y se lleva muy bien con los demás perros.